miércoles, 20 de julio de 2016

LA GRANJA


 
¡ Vacaciones ¡ alegre  me fuí de paseo ,
a la granja de mis abuelos,
semana intensa,
que pase con ellos.

Mis abuelitos con su cúmulo de años,
siempre mucho  me han querido,
y me he sentido tanto
su nieto preferido.

Tempranito tome el bus,
veinte minutos y  llegue al empalme,
me esperaban una mula, el mozo y un caballo,
que alegría poder viajar montado.

Viaje de un instante,  llegamos en un rato,
que felicidad tan grande
siento en este lugar  ,
en la granja, la granja de mis abuelos.
  
Llegando,   y lo primero fue,
el perrito cokie
se me lanzó encima,
ladrando de alegría.

Seis meses habían pasado
desde la última vez,
y el perrito siempre me recuerda,
con lealtad y con cariño.

Después el abraso efusivo,
con mis abuelitos queridos,
y con uno de mis tíos,
que vive con ellos ahora.

La chancha ya está parida
parió como diez chanchitos,
todos pegados mamando,
tranquilos y sin pelearse.
  
El gallo se pavonea,
las  gallinas le cacarean,
una tiene pollitos,
y los pollitos pían jugando.

Siempre está la enramada
de unas matas de chaya,
y los maracuyás en sus enramadas
ya estaban sazonas y  bien tupidas.

Grandes y maduras
las fresca y ricas granadillas,
y por el suelo estaban
algunas que ya se habían  caído.

Las vacas  pastando
buscando su alimento por los potreros,
solo una  en el corral
tranquila rumiando,  bajo un árbol con sombra.

Un caballito corría  brioso
brincando  arisco, como huyendo,
y  sus carreras eran
porque lo seguían unas avispas.

En la lagunita
que se formó a la orilla del riachuelo
los gansos nadando en paz,
unos son blancos y otros son grises.

Ya por la tarde nos sentamos
todos contentos  en el corredor,
mis abuelos,   mi tío,
unos tres mozos y yo.

A beber todos,  chocolate o  café caliente,
con pancito recién hornado  en la granja,
rica ojaldres,  ricas rosquillas,
empanitas y perrerreques.

Por la noche me toco dormir
en una hamaca hecha de sacos,
por lo cansado que me sentía
me dormí con un sueño bien profundo.

Muy tempranito me despertó mi abuelo,
y nos fuimos para el corral,
  al pié de una vaca que ordeñaban,
tome mi riquísima cumba de leche con pinol.

Que bien atendido que fui,
sopa de gallina, tortillitas salidas del comal,
huevos de amor,  pozol con alfeñique,
y ver el fruto de Dios en la naturaleza.

Ni lo sentí , pero paso la semana,
me toco regresar,  Y me tocó partir,
me fui tan triste,
por mis abuelos y por la granja.





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