En el pueblo de San Pablo todo transcurre con normalidad, es verano y sus calles se llenan de polvo y calor, las personas mayores se sientan debajo de los aleros de las casas para sentirse un poco frescos, Dna. Angela y su hija Clarita, estan tranquilas descansando, sentadas en sus sillas mecedoras, adentro de la casa, al fondo, en su taller de ebanisteria esta Don Cipriano, esposo de Dna. Angela y padre de Clarita, esta atendiendo un cliente, que se muestra complacido por la atenciòn de Don Cipriano, quien es muy querido en el pueblo por su caràcter amable y cortez, que mantiene siempre una sonrisa a flor de labio y buen sentido del humor.
Cuando el cliente se retira, entonces aquel Don Cipriano que todo el mundo conoce como buena persona cambia, se asoma a la puerta y cuando ve que no hay nadie, les grita a su mujer y su hija:
Y USTEDES REJODIDAS ARAGANAS ES QUE NO PIENSAN HACER EL ALMUERZO, VAYAN PARA DENTRO DE INMEDIATO O LES DOY SUS RIATAZOS, y ràpido las mujeres se meten ya que saben que si rezongan el viejo le cae a palos.
Entonces el viejo Cipriano, no es para nada la buena persona a como todos le conocen en el pueblo, mantiene oprimidas a su mujer y a la hija, en las noches a la pobre vieja la manda dormir a la sala, mientras a la fuerza mete a la hija al cuarto y siempre la viola, algo que hace desde que la joven tenìa apenas unos doce años, en eso llevan aguantando mas de ocho años, tiempo en el que el viejo Cipriano vino haciendose mas amargo el genio.
En el taller de vez en cuando Don Cipriano tiene dos personas que le ayudan, Pedro de unos 26 años, y un chavalo llamado Rufo de unos dieciocho años, como Don Cipriano a veces sale a comprar materiales, entonces Dna. Angela ha entablado alguna amistad con los dos hombres, los que se le han puesto a la òrden para cualquier trabajo.
Una noche, Dna. Angela y la Clarita se asoman al cuarto y observan que el viejo Cipriano es privado dormido, y una sola roncadera, entonces Dna. Angela hace un ademàn, y dos hombres entran al cuarto, uno con un martillo le pega el primer martillazo en la frente al viejo Cipriano, que solo alcanza a gritar: Hay mamita !!!, ya que le siguen cayendo matillazos, y por el otro hombre lo mete un puñal, una y otra vez en el pecho, la panza, la garganta, cuando ya estan seguros que esta muerto, con la cabeza reventada, los ojos brotados, la nariz destrozada, los dientes quebrado, y con unas veinte puñaladas, para rematar todavìa le vuelan el pescuezo, vuelan el martillo y el puñal, una vez afuera Dna. Angela les da las gracias y les entrega doscientos pesos por el trabajo.
Entonces los ayudantes de Dn. Cipriano, Pedro y Rufo, se retiran tranquilos entre las sombras de la noche, alegres porque llevan sus billetitos, y porque segùn ellos le habian hecho un gran favor a aquella pobre mujer e hija, quienes les habian explicado como era su vida con el viejo Cipriano, que ya no aguantaban y que les pedian ayuda.
El crimen quedo sin resolver, y se penso que habian sido ladrones que al verse descubiertos lo habian asesinado, y habia que ver como lloraban en la vela y el entierro, si viuda y su hija.
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