Estoy tan delgado y tan triste,
de mi rostro se disipo la
sonrisa,
mi faz antes rosada y fresca,
hoy esta pàlida y marchita,
mi escuálido cuerpo està
débil,
oscuras ojeras enmarcan mis
ojos,
y èstos no tienen el brillo
de antaño,
con el pelo enmarañado, la
barba descuidada,
las uñas de los pies, las uñas de las manos,
están sucias, bruscas y largas,
reullo la gente, muy tìmido y huraño,
mi voz muy quedita, es apenas un murmullo,
mis pasos son lentos, me agobia el cansancio,
mi cuerpo era esbelto, con porte
militar,
hoy, se ha encorvado y ha perdido estatura,
el pecho me duele de tanto
toser,
tenía proyectos de muy largo
plazo,
hoy, con costo pienso en el dìa de mañana,
antes fui soberbio, irrespetuoso y altanero,
estaba fuerte, sano, y me creía superior,
menospreciaba al amigo, ni me fijaba en el desvàlido,
no apreciaba la riqueza que encierra la familia,
pero, Dios Castiga sin coyunda,
escribe recto, pero con líneas torcidas,
asì que, de un
dìa para otro, o de un instante para
otro,
todo en mi vida cambio,
la cruel enfermedad me
ataco, traicionera y despiadada,
Sin tregua, me ha
mermado a mi precaria situación,
hoy, soy solo un pobre enfermo,
que necesita atención,
no me he podido curar,
también, necesito curarme el alma,
que igual la tengo enferma, muy enferma,
ahora, busco a mi familia,
ahora, le
clamo a Dios su ayuda,
no se si en esta vida, me apoye en mi enfermedad,
pero le pido con ansias, que me perdone mis ofensas,
y que cuando me toque el viaje
final, el viaje sin retorno,
me permita por favor,
pasar de largo por la puerta
negra del infierno,
y entrar por la puerta blanca
del cielo.
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