En la rama de un árbol,
cabizbajo y muy solo,
esta un ruiseñor.
De sus ojos muy tristes,
se desprende una lágrima,
ya sin vida y color.
En su voz ya marchita,
no hay risa ni canto,
va cayendo una flor.
Entre la hierba ya seca,
del sombrío jardín,
cae esa flor con dolor.
Va perdiendo la vida,
que se enfuma entre penas,
en su inocencia y candor.
Una ráfaga de viento,
la levanta hacia el cielo,
recobrando ella el vigor.
El ruiseñor la ve pasar,
y la persigue amoroso,
y juntos vuelan con amor.
Desde entonces en el bosque,
se oye el canto bonito,
del ruiseñor enamorado de la flor.
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